Es en este tiempo que debe existir un flujo de información constante y veraz sobre cómo han corrido los indicadores de gestión y si no existiese implementar inmediatamente los KPI básicos para medir la gestión municipal, pues uno de los peligros más dañinos es la falta de data y el ocultamiento de información relevante que no permiten al Gerente Municipal realizar un diagnóstico clínico del modelo de gestión que se está recibiendo, otro de los obstáculos es la falta o mala orientación de recursos financieros y RR.HH.

​

Cuando un nuevo Gerente Municipal asume el cargo, esto genera tanto riesgos como oportunidades, por un lado se puede dar un impulso estructural a la organización municipal o al menos mantener el satus quo encontrado y por otro lado se puede seguir en el camino equivocado que cause confusión e incluso parálisis organizativa.

​

Todos sabemos que es mucho más complicado ser un Gerente Municipal hoy en día de lo que era en el pasado, actualmente los ajustes presupuestales, la falta de instrumentos de gestión técnicamente elaborados, el indispensable uso de tecnología, el comportamiento cada vez más críticos de la ciudadanía nos muestran la gran complejidad con la que tienen que enfrentar hoy en día los gerentes municipales, obviamente a esto hay que añadirle la falta de involucramiento real de los consejos de regidores y un enfoque equivocado de asignación de recursos, si los hay, hacia iniciativas de corto plazo y bomberiles.